Lunes de interiores


Hoy personalmente me he acordado de distintos momentos que tengo en la memoria de meses de marzo de años pasados y me recuerdan de una forma u otra que seguimos confinados en nuestras casas sin poder aportar mucho en la lucha contra esta epidemia, que esta situación es incontrolable por parte de nosotros, los ciudadanos que no actuamos en el proceso sanitario, y que de cierto modo nos sentimos inútiles o incluso indefensos contra esta amenaza debido a los diferentes recortes en sanidad, I+D,...
Esto de una manera u otra genera impotencia para ayudar, para hacer lo que deberíamos estar haciendo en estos momentos si esto no hubiese pasado, para hacer cosas que te animan a seguir o que te gusta. Existe la sensación de que nos estamos alejando paulatinamente de nuestra anterior rutina por culpa de esta impotencia y eso genera miedo a que se pierda su vida anterior. Hay miedo de que no se revierta esta situación.
 HOY sigue a tu disposición en estos puntos de venta

Desde hace recientemente poco se ha prohibido en algunas comunidades autónomas de España el velatorio a los muertos por coronavirus, y también asistir a sus entierros. Teniendo en cuenta que la veneración a los muertos a sido una práctica que los humanos han realizado desde tiempos inmemoriales, que esta se prohiba en estas circunstancias (aunque sea un caso de urgencia), ha creado controversia. Si bien hasta en las mayores guerras de la historia se han enterrado dignamente a los soldados muertos, este caso es específico no por el gran número de fallecidos si no por el peligro de contagio. Reflexionando sobre este tema, me han surgido cuestiones como; "¿velar a los muertos se ha convertido en una necesidad para nosotros?" o "¿en algún momento de la historia de la humanidad nos desprenderemos de este ritual ancestral?". Sin duda, es algo que por el momento es difícil de imaginar, pero por suerte o por desgracia, la religión parece desvanecerse de nuestro pensamiento para dar lugar a la lógica y la razón, y esto seguramente haga que tarde o temprano cambiamos nuestra forma de ser.




Normalmente cuando surge un nuevo problema, quienes más lo sufren son aquellas personas cuyo nivel social y económico es medio o bajo. Por esto, a la hora de hacerle frente al virus vuelven a ser las mismas personas las que salen perjudicadas.
    Entre ellas encontramos gente que debido a su situación económica no puede dejar de trabajar, ya que si lo hace perdería su trabajo y la ganancia de dinero que este conlleva, provocando así su exposición ante el virus. También ha provocado el despido de muchos trabajadores debido al cierre temporal de la empresa en la que trabajaban, dejando así de recibir ingresos; por no hablar de todas las víctimas de violencia de género que deben quedarse encerradas en sus casas con su agresor. 
  Además, se pueden ver afectados empresarios, cuyos negocios se han visto forzados a cerrar. A pesar de estar perjudicados, el daño producido no sería tan grave como en los casos anteriores ya que al poseer un nivel económico más alto, su vida no se vería tan afectada.
Antivirales y vacunas: la ayuda para frenar al coronavirus está en camino

Ayer ocurrió algo que me pareció bastante curioso. Al parecer un vecino de mi calle con el cual comparto pared, tenía algo de fiebre. Supongo que avisaría al 112 o algo porque a los pocos minutos se presentó una ambulancia en el barrio. Más tarde llegaron agentes de protección civil y entraron también en su casa. Hoy nos hemos enterado que nuestro amigo y vecino posee el virus. Cuento todo esto ya que ver a esas personas con sus trajes especiales actuando me hicieron sentir una inseguridad enorme. Tuve este sentimiento ya que pese a tener algo de miedo por el coronavirus, no le tenía como una gran amenaza ya que uno piensa por sí mismo que el virus está todavía muy lejos y que a nosotros no nos va afectar. Pero al ver que un vecino que vive justo al lado ha enfermado, me hace pensar en que el próximo podría ser alguien de mi familia o incluso yo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pensadores

Naturaleza