Segundo día de interiores

¿A la gente le cuesta aceptar esta realidad?

Lógicamente este momento a todos nos pilla por sorpresa y es algo difícil de asimilar y puedo ver como a las personas según su personalidad , lo afrontan de una manera o de otra.
Esto lo veo con mis amigos, mi hermana, mis padres...
Veo como mis padres , es decir, la gente mayor lo saben llevar mucho mejor o eso dan a ver, en cambio, mis amigos, mi hermana, es decir, la gente más pequeña lo llevamos mucho peor, intentamos salir de casa como sea, nos pasamos el día con las redes sociales sin saber que hacer  y tan solo llevamos tres días “encerrados” en casa.
 
 Efectivos de la UME desinfectan los exteriores de la estación de tren de Valladolid, este lunes, por la pandemia del coronavirus. EFE/NACHO GALLEGO
Lo primero que he percibido en mi es que no es tanta la necesidad de salir a la calle si no de relacionarte con los demás. Pero a pesar de ello, realmente también necesitamos de vez en cuando pasar tiempo con nosotros mismos. Estamos tan acostumbrados (sobre todo los adolescentes) a poner por delante nuestras relaciones con los demás que nos olvidamos de nosotros y por ello esa necesidad que hay en mi ahora es fruto de esa dependencia que hemos construido.
Y además de esta dependencia social, me he dado cuenta de la necesidad de ser responsables y solidarios con los demás. En mi opinión, esto consiste en aplicarlo de manera personal y no en intentar imponérselo a los demás porque quién no quiera ver esto como una realidad ya se enfrentará con la obligación legal de cumplirlo.

Si hace un mes, unas semanas algún conocido se hubiese acercado a mí a contarme que no podríamos ni siquiera salir a la calle me hubiese reído de él, pero ahora que estamos obligados a quedarnos en casa, esa persona sería la que se reiría de mí.
La vida cambia de un día para otro y apenas nos damos cuenta, hace dos semanas, en muchas casas las familias se peleaban porque estaban cansados y no querían hacer tareas como por ejemplo: ir a la compra, a sacar la basura, ir a trabajar o pasear al perro, pero hoy en día probablemente el perro salga a pasear más de cinco veces diarias.
Miras por la ventana, no hay nadie, lo único que puedes llegar a ver es un coche de la guardia civil buscando personas para enviarlos a sus casas.
Tanto los pueblos, como las ciudades se han convertido prácticamente en desiertos.
 
Dos hombres con mascarilla sanitaria pasan por delante de otro que pide limosna en la calle.
 Sí, la semana pasada ya me lo esperaba ya que cuando veía los informativos me daba cuenta de que no nos estábamos enterando de nada, no se puede dejar que los incas del equipo italiano estén por Valencia en el principio de las fallas, además tampoco se cerraron los aeropuertos con Italia.
       Yo creo que este pequeño encierro si voy a ser capaz de afrontarlo ya que hoy en día se dispone de muchas cosas para distraernos.
       Me ha sorprendido mucho la gente ya que no se toman enserio lo que está ocurriendo y salen a la calle, otros que enloquecen y compran mucha comida ya que se han dejado influenciar por todo lo que leen y lo peor aún no ha llegado.
       Lo único que me va a cambiar esta cuarentena es mi forma de pensar sobre la gente.

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